Clarita y Rodri me confiaron la tarea de documentar la espera de Joaquín en el hospital.
Tengo que admitir que fue un desafío, porque… ¿cómo se fotografía la espera? Más aún sabiendo que llevaban internados dos meses, con un montón de estudios y análisis.
Al principio, como fotógrafo, tuve mis dudas: ¿cómo retratar la espera, las ansias, las ganas de ver al bebé cuando, incluso antes de nacer, ya se han vivido tantas situaciones? Pero apenas llegué, me di cuenta de la resiliencia de estos padres, del amor y la ternura que se tienen, y de cómo no dudaban en demostrárselo a su pequeño Joaquín con cada mimo y cada beso de Rodri a la panza.
Ahí entendí que la espera es mucho más hermosa de lo que imaginamos. Todo ese amor se acumula durante tanto tiempo, ahí, expectante, listo… como esperando el disparo de largada para ser liberado.
¿Y lo mejor? Ese fue el último día de Joaquín en la panza. Al día siguiente decidió venir al mundo, como diciéndoles a sus padres: “Solo estaba esperando que documenten sus ganas de verme para llegar y cambiarles la vida.”
Fue una de las sesiones más lindas y desafiantes que me tocó hasta hoy.
Gracias, Clarita, Rodri y Joaquín, por dejarme ser parte. ¡Nos vemos pronto!